- Ser revolucionario, es decir dueño de una nueva moral, arquetipo de hombre nuevo.
- Tener un alto espíritu de entrega.
- Estar identificado con los intereses de los trabajadores.
- Ser portador de un espíritu crítico y autocrítico.
- Tener capacidad para enseñar y capacidad para aprender.
- Dar a cada alumno el mismo amor que le daría a sus propios hijos.
- Ser responsable y disciplinado.
- Ser maestro en el aula y en la comunidad.
- Participar en la defensa de su Patria.
- Participar y hacer participar a su comunidad en todas las decisiones
No hay momento mas oportuno para un maestro que la adolescencia para captar la atención y el interés de los jóvenes, ése momento de rebeldía en donde se termina de conformar la visión y el cristal con el cual ese jóven observará su mundo. Pero como vemos, el deber del maestro no concluye en el aula, conlleva una responsabilidad civil de gran importancia, pero no está en ellos unicamente el gérmen del cambio. Entonces ¿Cómo debe hacer un maestro para formar mentes pensantes sin un Plan Educativo que lo permita?
Es cuando aparece el accionar del Estado como primerísimo responsable de la situación. Partiendo de la base que el presupuesto educactivo es por demás paupérrimo, no se cuenta con un proyecto de educación interesado en promover una verdadera cultura educativa, (aunque ésto parezca un juego de palabras responde a un círculo de responsabilidades entre Estado- educadores).
Por otro lado, no puede existir una educación por ramales, que se dirija a tal o cual sector social, debe unificarse el mismo proyecto a todo el país, a todos los jóvenes estén donde estén, porque es la educación la encargada de unir intereses particulares para conformar un Gran Interés Común, es en la escuela donde los jóvenes aprenden a solidarizarse entre sí de momento que redescubren la realidad que los rodea, dejan de sentirse ajenos a su historia, a su pasado y por lo tanto, a su porvenir.Enseñar a cuestionar; a buscar la raíz de los sucesos del día de hoy; a entender la Historia como un eterno proceso de cambios que no dejan de entrelazarse entre sí; a promover el espíritu creador; todo ello es tarea de los maestros, pero NO sin el amparo de un Estado capaz de proveer los medios necesarios para que todo ello sea llevado a cabo.
Hoy debemos dar solución a una problemática de suma urgencia y que está fuertemente ligada con la educación: el hambre. Un estudiante con hambre no puede incorporar datos en su cabeza, no puede decodificar la información que se le transmite correctamente y por lo tanto no puede sentirse parte de un Proyecto como país. No, mientras se lo mantenga marginado de éste proceso de cambio, mientras ése jóven siga viendo que la desigualdad acapara terrenos a escala abrumadora no se sentirá interesado en leer o escribir.
No debemos escuchar nunca más informes sobre escuelas perdidas en pueblos fantasmas, incomunicadas, sin aulas preparadas para dar clases, con chicos que se duerman porque sus estómagos no dejan de pedirles alimento. Suena paradójico, pero en el país de la abundancia, ubicado en el continente más rico por naturaleza, la mortalidad infantil por indigencia es alarmante. Por eso volvemos a hablar del papel del Estado, de un Estado Revolucionario que realmente tenga como objetivo la formación de verdaderos ciudadanos. La educación combatirá el hambre a largo plazo, cuando ése jóven cuente con los medios necesarios para ser un potencial trabajador comprometido con su sociedad, podrá devolverle a su comunidad todo lo que le ofreció en su momento; pero el hambre es un problema de urgencia, que debe ser paliado cuanto antes, de otro modo, nunca podrá ponerse en marcha ningún proyecto educativo (por más bueno que sea).
La educación es un arma irrenunciable dijo Tomás Borge, quizá diría yo, la más poderosa de las armas porque es el arma ideológica que debe ser empuñada por cada uno de nosotros hasta el final; y porque quienes se aferran al presente para salvaguardar sus intereses egoístas no dudarán en aplicar mano dura, pero si nuestras mentes revolucionarias están atentas, concientes y fundamentalmente educadas, no hay arma o fusil que detenga el poder ideológico de las masas.
tierra y Libertad.
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